Hace diez años que Sir Alex Ferguson firmó una carta en la que explicaba los motivos de su jubilación. Tenía 71 años y había celebrado 38 títulos en 26 años y medio de recorrido en el Manchester United, que pasó de una abstinencia de un cuarto de siglo sin dominar la liga inglesa a ganar 13, aderezadas con dos Champions. “Es el momento adecuado. Para mí lo más importante es dejar un club fuerte. La calidad de esta plantilla presagia éxitos continuados al más alto nivel y la estructura del fútbol base asegura que a largo plazo el futuro del club seguirá siendo brillante”, firmó el veterano escocés. No acertó demasiado.
