Fue una montaña rusa la primera parte; el Dragón Khan, la segunda con un Celta obligado y un Athletic dominador pero endeble en la zaga, lo que Iago Aspas aprovechaba para sembrar el pánico entre los centrales. Antes del cuarto de hora, el temperamental capitán celeste ya había aparecido dos veces ante Unai Simón, primero en un disparo cruzado que atrapó el portero y después, aprovechando una pérdida de Nico Williams para intentar una vaselina que se le desvió del objetivo. Pero siempre andaba por ahí.

Seguir leyendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *