Hace más de 10 años tuve la suerte de asistir en Bilbao a una comida entre dos buenos amigos que se dedican a eso de los banquillos, actividad que para mí siempre ha sido un enorme enigma. Vaya usted a saber si es por esa vida deportiva vivida en la soledad que era ser portero en el siglo XX; o porque no había grandes ejemplos de porteros que siguieran su carrera deportiva en los banquillos; o porque en mi carrera había visto sufrir tanto, tanto, tanto a los entrenadores, que consideré que para tener una vida profesional en la que siempre eres culpable de lo malo y muy pocas veces de lo bueno, ya había tenido muchos años de portería profesional.