El estadio Pierre-Mauroy, la sede del Lille-Real Madrid de este miércoles (21.00, Movistar), no tiene aspiraciones tan ambiciosas como el nuevo Bernabéu, pero es uno de esos recintos con el techo retráctil que va más allá del monocultivo del fútbol. Allí, de hecho, se celebraron en los Juegos Olímpicos del pasado verano la primera fase del torneo de baloncesto y las rondas finales de balonmano. No era la primera vez. Dispone de un sistema que levanta en bloque la mitad del césped, la mueve con unos rieles hasta superponerla sobre la otra mitad, y en el hueco abierto (una especie de pozo) se despliega otro piso de gradas y se acondiciona para otros eventos.

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