Aunque todavía se deshoja la margarita de la Vuelta, toda vez que sobran los candidatos para el trono, hay una máxima que por el momento no falla: O’Connor, el líder, el que puso la carrera patas arriba con una escapada para la hemeroteca, aguanta las embestidas en las montañas largas, pero pierde tiempo en los riscos cortos. Le ocurrió en Cazorla y le volvió a suceder este martes en Padrón, tres kilómetros con una pendiente media de 8,9% que se le indigestaron de mala manera. Edén para Roglic y Mas, que lograron recortarle 37 segundos [ahora el australiano tiene una renta de 3m 16s sobre el esloveno y de 3m 58s sobre el español], que siguen empecinados en lograr la reconquista, en reclamar su corona para Madrid. “No quería perder tiempo, pero queda es una etapa menos”, aceptó un poco contrariado O’Connor. Peor le fue a Carapaz, que perdió su lugar en el podio, y la gloria de la etapa fue para el irlandés Eddie Dunbar (Jayco), que se puso el laurel tras meterse en la fuga buena. Otra máxima de esta Vuelta, pues casi no hay escapada que no tenga recompensa.

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