El Atlético se marchó al descanso con un empate a cero sorprendente por la cantidad de ocasiones generadas. Hasta seis claras más algunos disparos con más intención que acierto. Un vendabal ofensivo en toda regla que no sólo no sirvió de nada… es que encima no tuvo continuidad en el segundo acto pese a que Simeone movió el banquillo con un triple cambio al descanso. Los que empezaron (Sorloth y Julián) y los que siguieron (Griezmann o Correa) no acertaron con la portería. Se ha hablado tanto de los fichajes y de la gran plantilla configurada que tras el bajón del segundo empate en tres jornadas parece más ruido… que realidad. San Mamés será la mejor prueba para demostrar a los agoreros. Sí, a esos que silbaron el último cambio de SImeone.

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