Tres de los cuatro relevos españoles se clasificaron para la final del miércoles, y dos de ellos eran de mujeres, el 4×100 (43s, séptimo tiempo de las ocho finalistas) y el 4×400 (cuarto). A ellas se suma el largo de hombres (cuarto). El 4×100, integrado por los atletas más jóvenes, y sin el más rápido de todos, Guillem Crespí (sexto en la final de 100m con 10,18s), lesionado, es un grupo en proceso de compenetración en las manos sabias del jefe de todo esto, Toni Puig, falló en los cambios de testigo y quedó eliminado.