Más que coincidencias unen al Barcelona con el Girona, que se enfrentan este domingo en Montilivi (16.15, Movistar). Más que encuentros y desencuentros —dos veces perdieron los culés ante el equipo de Míchel la temporada pasada—, más que jugadores que han ido y venido, que han deseado quedarse o irse. El Barcelona, con Hansi Flick al frente del banquillo, lleva un pleno de victorias, y aunque la plantilla ha cambiado poco —la gran novedad es el fichaje de Dani Olmo, y la gran pérdida es Gündogan—, los resultados son hasta ahora ilusionantes. En cambio, en el Girona, quinto en Liga y de estreno en Champions, el plantel es otro, muy distinto al de la anterior temporada. “No espero un partido más difícil que el año pasado, sino diferente, porque el entrenador y lo que hacen los son. […] No podemos comparar mi equipo con el del año pasado. No es mejor ni peor, es diferente”, aseguró Míchel en rueda de prensa. El técnico madrileño sigue siendo el artífice del equipo, que se ha reconfigurado con 13 bajas y 11 llegadas. Algunas de las salidas, como la de Savinho, fueron muy sensibles, mientras que otras, como el regreso de Oriol Romeu o el intento fracasado por mantener a Eric García, demuestran los puentes entre ambos clubes.