Lamine Yamal empieza a ser el foco de atención en cada partido que juega el Barça, especialmente cuando lo hace lejos de casa. Empieza a ser habitual que los aficionados rivales traten de desestabilizar al futbolista azulgrana, conscientes de su capacidad para decidir partidos. En Brujas recibieron a Lamine Yamal con pitadas constantes cada vez que tocaba el balón. Su relación con la afición belga fue calentándose según avanzó el partido y tuvo su punto álgido cuando el Brujas hizo el cuarto tanto, posteriormente anulado por una falta a Szczesny. 

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