<strong>España no ganó (84-87) en su debut del verano </strong>que tratará de llevar a la selección a los Juegos Olímpicos de París. <strong>Pero nunca un resultado importará menos</strong>. Porque es una derrota sin rodaje, con las piezas clave necesitando todavía cocción en cancha y con buenas sensaciones. Italia no pudo ganarlo hasta la prórroga, tras el enésimo triple milagro de Sergio Llull, la intensidad total de Rudy Fernández y un tiempo extra en el que una mala jugada finalizada por Willy Hernangómez desencadenó todo.