En el estreno de Mbappé en la Champions con el Madrid, el trofeo en el que siempre fracasó en sus siete temporadas en el PSG y sus tres años en el Mónaco, el francés ya comenzó a dejar destellos mientras su equipo zozobraba en el primer tramo del partido ante el Stuttgart. Primero encontró solo a Tchouaméni tras atraer a tres rivales en el área y filtrarle un pase a través de un espacio reducidísimo para que intentara probar a Nubel. Después, desde el perfil izquierdo, lanzó dos cabalgadas tan potentes que en la segunda se deshizo de Rouault casi como si fuera un cono, pero el portero alemán rechazó sus dos disparos, ligeramente centrados. Tras la mejoría del Madrid, impulsada por la electricidad de Rodrygo y la lectura del juego de Bellingham, en la segunda parte Mbappé tardó solo un minuto en recibir un balón fantástico del brasileño para empujarlo a la red. Fue su 49º tanto en 74 partidos en la Liga de Campeones, donde también suma 26 asistencias.