El Liverpool se llevó un sopapo de inicio, un gol del Milan que hubiera firmado el equipo inglés, al galope y en un visto y no visto marcó Pulicic, una muy mala noticia para un equipo que venía de caer en la Premier contra el Nottingham en pleno proceso de reconstrucción tras el reemplazo de Jürgen Klopp por Arne Slot. La situación parecía delicada, pero el equipo inglés hizo una exhibición de carácter y antes del descanso ya mandaba en el marcador. Dispuso de facilidades porque los goles llegaron con sendos testarazos de sus centrales (Konaté y Van Dijk) tras acciones a balón parado en las que remataron en el área pequeña. Fue un retrato de la tibia zaga del Milan y, sobre todo, de su portero Maignan, que puede alegar que jugó dolorido casi 50 minutos de partido y se marchó magullado para darle la alternativa al joven Torriani, que tiene 19 años y aparenta menos por su rictus, no por su tamaño, casi dos metros de juvenil guardameta.

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