De las muchos roles que Jude Bellingham puede adoptar a lo largo de la temporada, el que más me gusta es el del clásico. Me ha costado varias discusiones y probablemente no tenga razón, pero los gustos tienen una particularidad: no son discutibles. Si me gusta una fruta que tú odias, no me vas a convencer de que no me guste; quizá la tuya sea más exótica y sea más guay, quizá guste a más gente, quizá sea mejor para la circulación y te dé más esperanza de vida: chico, yo soy así, y así seguiré, nunca cambiaré.

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