El Barcelona siempre quiere más y más. Aunque no todo brota como desea. Quisieron quitarse la espinita del pleno de victorias en la fase de grupos que no lograron el año pasado, cuando en la final levantaron el trofeo de la Champions. Pero los errores defensivos y un Benfica agresivo —a pesar de no jugarse la plaza ninguno de los dos, ya clasificados— se interpusieron en los objetivos de Jonatan Giráldez, que se conformó con un desesperado empate (4-4). Cuatro goles encajados para el Barcelona que igualaron los únicos cuatro tantos en contra que acumulaba durante toda esta temporada.

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