Tengo un amigo preocupado por la posible repetición del Real Madrid – Barcelona de la última jornada, sin duda una posibilidad remota, pero posibilidad, al fin y al cabo. En realidad, ese amigo soy yo. Y, sí, mi confianza ciega en el dedo acusador de Joan Laporta me lleva a creer que el Barça podría tener razón en su reclamación y que la justicia terminaría obligando a repetir el duelo. ¿Por qué y para qué? Esas son preguntas para las que no tengo respuesta: la primera, porque implicaría un conocimiento amplio sobre leyes (todavía no estoy en esa pantalla) y, la segunda, porque no termino de entender esta obsesión por prolongar una agonía que ya dura demasiado.