Antes de una semana de pasarela, con las pruebas de la Juventus y el Barcelona en el Bernabéu, el Real Madrid escapó del campo espinoso del Getafe y llegará al clásico del domingo todavía líder de la Liga. Necesitó masticar un partido crudo que no consiguió ablandar hasta que aparecieron desde el banquillo la agitación de Vinicius, que provocó dos expulsiones, y la clarividencia de Güler, que volvió a asistir a Mbappé. El francés siempre tiene la llave de la puerta rival y acumula ya 15 goles esta temporada con el Madrid. Todo eso sucedió después de otra protesta de los futbolistas por el Villarreal-Barça proyectado en Miami. También en el Coliseum dejaron de jugar los primeros segundos, algo que esta vez sí se vio y comentó con claridad en la televisión, que ocultó el viernes la primera protesta.

