Dos inquilinos habituales de la trastienda de Carlo Ancelotti abrieron la victoria del Madrid en el apeadero europeo ante el animoso Braga: Andriy Lunin y Brahim Díaz. El portero ucranio tuvo que entrar de urgencia después de que Kepa notara molestias musculares en la pierna derecha durante el calentamiento (este jueves se someterá a pruebas). Y en la otra orilla, se impuso la prudencia con el hombro izquierdo de Jude Bellingham (sufrió una luxación el pasado domingo ante el Rayo) y en su lugar compareció Brahim. El primero detuvo un penalti en el minuto cinco a Álvaro Djaló, todavía con empate, y el segundo anotó el primer gol blanco y acabó ovacionado por el empedrado en un claro gesto de respaldo de la grada y, en cierta forma, de mensaje a Ancelotti para reclamar más presencia del ex del Milan. Se sabía poco de ellos esta temporada, pero la cómoda clasificación del Madrid para los octavos la terminaron de cerrar los dos, a la cola en el orden de preferencias del técnico italiano.
