La noche de las oportunidades de la segunda unidad la aprovechó también Rodrygo Goes, efectivo cabizbajo de la primera, peleado con el gol y consigo mismo, e incluso retraído en el regate, ese divertimento carioca. El Real Madrid, que aplacó la alegría ofensiva del Braga, alargó a cuatro su pleno de victorias en la Champions, ya clasificado para octavos, y se quedó a solo un empate de garantizarse el primer puesto del grupo. Pero teniendo eso su importancia, en un partido en el que otra vez abrió el marcador el poco habitual Brahim, quizá la tenga más el rescate del brasileño, que volvió a marcar. Pero no solo.

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