Trabajar en silencio y que el éxito se encargue de hacer todo el ruido. <strong>Endrick aterrizó en Madrid con los deberes hechos</strong>, <em>clases de español y trabajo extra en el gimnasio</em>, y la <strong>lección aprendida</strong> para encarar su primera temporada vestido de blanco tratando de recortar los plazos de adaptación. El delantero brasileño <strong>se apuntó a la gira blanca antes de lo esperado</strong>, agachó la cabeza y se puso <strong>manos a la obra con una empresa</strong> que se avecinaba complicada por las numerosas piezas con las que cuenta <strong>Ancelotti</strong> en su zona de ataque. Siete partidos después, <strong>al ’16’ le ha llegado su hora</strong>.

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