El Sevilla empieza a estar hecho unos zorros, y no es una novedad, porque la situación se repite de forma recurrente en las últimas temporadas. Nada le funciona a su entrenador, García Pimienta, pero tampoco les funcionó a los anteriores, así que no parece algo coyuntural, sino sistémico. Le falta mucho fútbol, algo de energía, y ni siquiera le acompaña la fortuna. Si hace una semana padeció en el Pizjuán para ganarle al Getafe, en Mendizorroza sufrió por todo, de principio a fin. Desde la lesión de Isaac Romero antes del cuarto de hora, hasta los golpes consecutivos que le dio el Alavés.