No es nada habitual ver a <strong>Carlos Alcaraz </strong>perder su <strong>sonrisa </strong>en la pista. De hecho, además de su gran juego, es su divisa más característica. Pero en el partido de la segunda ronda de <strong>Cincinatti </strong>ante Gael <strong>Monfils </strong>la oportunidad perdida de resolver el partido en dos mangas, sus propios problemas con el <strong>servicio </strong>y lo <strong>inabordable </strong>que estaba al saque el veterano y acrobático tenista francés acabaron por hacerle perder los <strong>nervios</strong>.

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