España habla alto y claro. Sobre el césped, ante los micrófonos. Poco importa el escenario. Sus argumentos se sostienen con el balón en las botas. Alzan la voz sus futbolistas. Vestidas de corto. Y de largo. Y, en ocasiones, no necesitan siquiera abrir la boca. Basta con una goleada como la que le endosaron a Suiza para asumir que se han ganado con sudor, talento y goles de todos los colores cuantas exigencias han puesto sobre la mesa de negociación desde hace más de un año.

Seguir leyendo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *