Hace 16 meses, en una temporada menos feliz que esta para el Madrid pero todavía vivo en la Champions y a punto de jugar la final de Copa, Carlo Ancelotti se arrancó sin previo aviso con una reivindicación de su figura en el apartado que menos elogios suele recibir: la táctica. El empleado de prensa del club había dado por terminada la comparecencia, pero el italiano todavía tenía algo que decir. “Espera”, le pidió con una sonrisa. “Todos me lo reconocen, que soy fantástico en la gestión [del vestuario]. Pero después hay otras cosas: este equipo está bien trabajado. Porque si tenemos la suerte de ganar la Copa [lo hizo ante Osasuna], habrá logrado todos los títulos posibles en dos temporadas, algo que algunos no consiguen en una vida”, cerró el entrenador en un golpe de pecho personal.

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