<strong>»Se veía venir»</strong>, fue la frase más repetida en <strong>Valdebebas </strong>a la hora de valorar la salida de <strong>Niko Mihic</strong> de la dinámica del primer equipo. Su marcha, desde luego, no ha sorprendido lo más mínimo entre los trabajadores del <strong>Real Madrid</strong> y tampoco en el vestuario, donde más de uno la ha acogido con alivio. Porque el desgaste entre el jefe de los servicios médicos y algunos de los futbolistas era evidente.
