Al Barça no le sirvió de nada el impulso de la Liga para evitar la derrota en su estreno en la Champions. El equipo azulgrana de Mónaco nada tuvo que ver con el de Girona. Los barcelonistas pasaron de la exuberancia a la penuria, irreconocibles en el Estadio Luis II, después de quedarse sin Eric García, expulsado a los diez minutos, y echar en falta a Dani Olmo. Un solo cambio explicó la metamorfosis barcelonista en su regreso a una competición que le tortura desde Berlín 2015. No supo estar el Barça con 11 ni jugar con 10 y tampoco se corrigió Flick. El entrenador fue un simple espectador de la caída del Barça ante un descamisado Mónaco. El equipo de Hütter no cesó de atacar hasta cantar victoria tras un golazo de Lamine Yamal.

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