Necesitaba el Madrid despejar así un partido antes de Navidad, entre bombazos y jugadas de tiralíneas, para aplazar la enésima disolución del club de las dos mil crisis por minuto, ya con dos títulos internacionales y el liderato a punto de nieve. La vida da muchas vueltas pero menos de las que pensamos, y a veces las da para pararse en el mismo número.

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