El pasado domingo, cuando Diego Pablo Simeone le ordenó entrar en el terreno de juego tras el descanso en el partido ante el Celta, Álvaro Morata (Madrid, 31 años) no escuchó silbidos por parte de la hinchada rojiblanca pese a que no atraviesa su mejor momento. Sumido en un bache moral tras fallar una ocasión clara en el primer minuto del partido de vuelta con el Dortmund y digerir el palo de que Simeone le reemplazara en el intermedio, en otros tiempos, los reproches hubieran aflorado. Ya hace tiempo que Morata no es dudoso para la afición del Atlético, más allá de que esté más o menos acertado con el gol. Se ha instalado en la escena rojiblanca la intención de ayudarle a salir adelante de esta crisis.

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