Carlos Sainz sentía que su vuelco en la segunda etapa del Rally Dakar en 2025 era un revés que podía superar. También eran del mismo parecer en Ford, donde los ingenieros no creían que los daños en las barras de seguridad representaran un riesgo verdadero para los pilotos e intentaban convencer a los comisarios de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) para continuar en carrera. Habían perdido hora y media respecto a los líderes al tercer día del rally, pero confiaban en la dureza y los cambios de guion constantes de la carrera para remontar. Los avances del catarí Nasser Al-Attiyah, que llegó a verse a más de una hora del líder Hank Lategan (Toyota) y ahora está cuarto en la general a 35 minutos, dan la razón al madrileño y otro de sus grandes rivales, el francés Sébastien Loeb.