Hay ajedrecistas muy excepcionales, por su descomunal creatividad y apetencia por el riesgo, que nunca han sido campeones del mundo absolutos en la modalidad clásica, pero son tan queridos por aficionados, organizadores y patrocinadores como si lo fueran. Por ejemplo, el español Alexéi Shírov. Y entre las mujeres, la rusa Valentina Gúnina (Murmansk, 1989), a quien glosamos por cuarta vez en esta colección de vídeos.

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