El Sevilla afronta con otra cara el parón después de sumar los tres puntos ante Osasuna, que sigue sin ganar fuera de casa. No fue bonito ni fácil, pero un gol de penalti de Rubén Vargas desactiva el botón del pánico en el Sánchez-Pizjuán después de tres derrotas consecutivas -Mallorca, Real Sociedad y Atlético de Madrid-. Una victoria agónica que rompe la peor dinámica de la ‘era Almeyda’. La crisis cambia de orilla y se marcha a la de El Sadar.

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