Valentino Rossi sigue muy dolido por aquel infame episodio de 2015 que le llevó a propinar una patada en plena carrera a Marc Márquez. El año que viene se cumplirá el décimo aniversario del incidente de Sepang, en Malasia, en la penúltima carrera de un campeonato que ni el uno ni el otro ganarían, el de la quinta corona de Jorge Lorenzo. Todavía hoy, el mito italiano es de los pocos que no ve coz alguna, tan solo fantasmas y conspiraciones. Lo que en su día él mismo y su círculo cercano definieron como un biscotto, un amaño. Ahora, cuando el español resurge deportivamente en MotoGP con Ducati, tras ganar dos carreras consecutivas después de casi tres años de sequía, el expiloto de 45 años vuelve a la carga contra su rival más amargo.
