El Barça se quedó mudo en San Mamés. Jugó como si no se hubiera enterado del empate del Madrid ni de la derrota del Girona. No pareció interesado en la Liga. Y puede que se haya complicado también la vuelta contra el Nápoles en la Champions. Pedri y De Jong salieron lesionados de un partido destensado y desinteresado por más que se jugara en Bilbao. Los suplentes del Athletic se batieron con suficiencia más que con grandeza ante un Barcelona anestesiado y afligido por más enfadado que pareciera Xavi.

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