Después de un <strong>accidente que sufrió mientras acompañaba a su equipo del corazón 9 años atrás, Javier Acosta quedó en silla de ruedas y con problemas de movilidad</strong>, pero su salud se complicó mucho más hace 5 años, cuando en un paseo contrajo una grave infección que fue deteriorando su cuerpo. Y según el testimonio del propio afectado, <strong>le salió un ganglio interno en la cabeza que, aparte de los dolores que sufría, empezaría a limitar habilidades para hablar</strong> y otras más que empezarían a llegar con el tiempo y que se agravaron por el dictamen de cáncer en la sangre.