Mientras la onda expansiva generada por el positivo de Jannik Sinner sigue expandiéndose, el US Open que empieza el lunes adquiere forma y el bombo reparte dificultades para todos. El número uno, manchado por el rastro del dopaje —una contaminación involuntaria de clostebol, según determinó la la Agencia Internacional para la Integridad en el Tenis (ITIA)—, deberá añadir al escrutinio público y las voces críticas un sinuoso trazado que le guiará por estaciones tan complejas como las de Tommy Paul (octavos), Daniil Medvedev (cuartos) o Carlos Alcaraz, con quien podría cruzarse en las semifinales.