George Russell es un caso atípico en la Fórmula 1 actual si tenemos en cuenta que es el primer piloto de Mercedes en el campeonato, el encargado de tirar del carro desde que Lewis Hamilton decidió enfundarse en el mono rojo de Ferrari, y todavía no tiene contrato para el año que viene. Lo que ha hecho hasta ahora tiene mucho mérito, una impresión avalada por la estadística: el británico es uno de los cuatro pilotos capaces de ganar una carrera esta temporada a pesar de no conducir un McLaren, ni ser Max Verstappen. Dominó en Canadá y volvió a hacerlo en Singapur, donde pasó el rodillo. El viernes se estrelló contra el muro en los ensayos libres y se puso a temblar. El sábado se inventó una vuelta imposible en la eliminatoria definitiva (Q3) que le llevó hasta la ‘pole’. Y el domingo nadie le pudo decir ni mu.
