En los entrenamientos del Barcelona, más físicos y extensos, igual de entregados al balón, Raphinha cambia de piel en los ejercicios que dibuja Hansi Flick. En algunos, calca el trabajo con Dani Olmo por el carril del 10; en otros, se viste de extremo. Hay algo, sin embargo, que no varía el brasileño: su sacrificio para atacar al espacio. “Me siento bien, vengo trabajando duro desde que volví de vacaciones. Sabía que esta temporada era importantísima para mí y trato de ponerme en mi mejor versión”, contó Raphinha, después de la goleada del Barça ante el Valladolid, la más abultada de los azulgrana en la Liga desde que vapulearon al Deportivo en 2016 (0-8), por entonces con Messi, Luis Suárez y Neymar en el once inicial.