Arreglado el escándalo de Magnus Carlsen, sancionado por jugar con tejanos, todo indicaba que la pura emoción del Mundial Relámpago, donde se puede llegar a un ritmo de dos movimientos por segundo, eclipsaría lo extradeportivo. Pero no: el noruego firmó este mismo lunes un contrato con la firma de moda G-STAR para anunciar su ropa vaquera. Y luego se clasificó para los cuartos de final en Nueva York, pero con serios apuros. Se enfrentará al estadounidense Hans Niemann, a quien acusó de tramposo sin prueba alguna en 2022. Y, por supuesto, jugó con esos pantalones.