Nadie sabe a ciencia cierta cómo resultará este nuevo formato de Champions League instaurado por la UEFA, pero algo había que cambiar para reactivar el fuego del interés global, pues resulta casi una obviedad que el Real Madrid le había pillado el tranquillo en los últimos años y nada aburre más al gran público que el mismo final previsible repitiéndose una y otra vez. Más allá de la chanza y junto con el nuevo Mundial de Clubes programado por la FIFA, también se trataría de sepultar la Superliga a base de jugar más partidos, recaudar más dinero, repartir una parte mayor de este con los grandes clubes y seguir exprimiendo a los futbolistas como si fuesen un rebaño infinito de vacas, o de cabras, a los que poder ordeñar como si no hubiera un mañana o, casi peor, como si el mañana hubiese sido ayer.

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