<strong>Kylian Mbappé</strong> llevaba varios años siendo el gran protagonista de la gala del <strong>Balón de Oro</strong> y no porque lo fuera ganar, algo que sabía que no iba a ser posible. La <strong>efervescencia de su decisión de futuro</strong> ha bajado. En otras ediciones era el centro de atención de todo el mundo. <strong>Se sentía importante</strong>, buscaba la complicidad de la cámara, de los focos, ya que la gala giraba alrededor de su figura, pero <strong>en la noche del lunes</strong> el teatro Chatelet tenía <strong>otras estrellas</strong> que estaban con luz propia y restaban protagonismo al delantero francés.
