Hansi Flick se refugió en el silencio. Es la segunda vez que lo hace; la primera, en la que su presencia pública se antojaba crucial en la previa del primer clásico de la temporada. “Hansi no se esconde, al contrario”, remarcan en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Según las mismas fuentes, el técnico alemán no busca trasladar un mensaje de enfado al club —hay quien asegura en Sant Joan Despí que está frunciendo el ceño más de lo habitual—, tampoco con el colectivo arbitral después de ser expulsado frente al Girona por protestar. Sí entiende Flick, en cualquier caso, que en la Champions los colegiados son más comunicativos. El faltazo de Flick en la sala de prensa antes de visitar el Santiago Bernabéu era una decisión personal: “Quería darle protagonismo a su mano derecha”. Su mano derecha es Marcus Sorg.

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