Mientras se desangra el <strong>Atlético de Madrid </strong>presa, un año más, de la cicatería de su entrenador que dice conocer el camino y casi siempre se queda a medias en el recorrido, el <strong>Barcelona</strong>, con media docena de chavales y un delantero, sigue con paso firme en una liga en la que de momento nadie le tose.

