No había en otoño un jugador en la plantilla del Madrid que partiera desde tan abajo en su posición como Andriy Lunin (Krasnograd, Ucrania; 24 años). Se había lesionado Courtois en agosto y el club ató un recambio (Kepa) en 48 horas. En 10 días, el meta vasco ya era titular. Y cuando el ex del Chelsea se lesionó a principios de noviembre, Ancelotti anunció con normalidad, dándolo casi por descontado, que volvería al once en cuanto se recuperara. La titularidad del ucranio era, en esos momentos, algo circunstancial a ojos del italiano. Desde ahí, desde tan atrás, y después de tres años de trabajo sin ganarse la confianza de los técnicos de Valdebebas, remontó Lunin en el último trimestre para hacerse con la portería blanca en el vacío que quedó sin el belga.