Beatriz Álvarez (Oviedo, 41 años) afronta su tercera temporada como presidenta de la Liga F, una competición profesional —los clubes son quienes la explotan y quienes gestionan los ingresos— que en sus dos primeros años de vida tuvo que lidiar con una huelga de futbolistas que pedían mejoras en el convenio, con otra de árbitras que también solicitaban avances en sus condiciones laborales y con una Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que, bajo el mandato de Luis Rubiales, se dedicó a enfrentarse a la patronal. Con Rubiales fuera y la relación con el organismo que rige el fútbol español normalizada, Álvarez espera que el torneo avance a otro ritmo. De momento, la hegemonía del Barça, campeón en los últimos cinco años con solo dos derrotas desde entonces, amenaza con lastrar una Liga sin competencia por el título. Hace solo unos días, la capitana azulgrana, Alexia Putellas, se quejó en Dallas de que la patronal podía hacer mucho más para impulsar la competición.