La reentrada al Mundial de Fórmula 1 de Haas no fue ni mucho menos todo lo plácida y fructífera que se habían imaginado los responsables de la única escudería norteamericana que compite en el certamen. La undécima plaza que Nico Hulkenbergh logró este domingo en Países Bajos le dejó a una sola posición de sumar un punto, que finalmente fue a parar al casillero de Fernando Alonso y Aston Martin. Completada la prueba, el resultado fue seguramente lo de menos para la compañía con sede en Carolina del Norte, a la que las autoridades neerlandesas congelaron todos los bienes que la estructura había desplazado para competir en Zandvoort, y que allí siguen. Los dos prototipos con los que corrieron Hulkenberg y Kevin Magnussen, así como el resto del material, quedó bloqueado en el circuito neerlandés, a la espera de que se resuelva el conflicto que Haas mantiene con Uralkali, un antiguo patrocinador ruso, con el que los ejecutivos del equipo decidieron romper relaciones en marzo de 2022, como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, en una acción conjunta que también terminó con el despido del piloto Nikita Mazepin.

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