Antoine estaba en Saint-Denis; Maud, en Bataclan. Tanto el estadio como la sala estuvieron entre los objetivos de los terroristas, pero afortunadamente los hermanos Griezmann salieron ilesos. En el caso del futbolista, porque los terroristas ni siquieran tuvieron acceso al recinto deportivo, de manera que aquellas explosiones que se escucharon, una de ellas mientras llevaba la pelota Evra, y que de hecho provocaron cierto jolgorio entre el público, que aún no era consciente de lo que estaba sucediendo, habían tenido lugar en los aledaños; en el de su hermana, porque, tumbada en el suelo de la discoteca mientras se sucedían los disparos de forma indiscriminada, no estuvo entre las víctimas. La de aquel 13 de noviembre fue, por mucho que se resolviera bien, una de las peores noches de la familia.

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