<strong>El Sevilla se echó en los brazos de su director deportivo, Víctor Orta</strong>, para salir de la mala dinámica con la que había comenzado la temporada. <strong>Mendilibar se fue casi sin esperarlo</strong>, para darle al madrileño la oportunidad de que su primer proyecto en Nervión también tuviese<strong> su firma desde el banquillo</strong>. Y hasta la fecha nada ha salido como esperaba. Tras <strong>un arranque medio esperanzador por la imagen ofrecida ante Real Madrid y Arsenal</strong>, los empates en <strong>Cádiz y Vigo</strong> han dejado la extraña sensación en el entorno de camino equivocado, como si se dudase ya desde el inicio (no lleva un mes) de<strong> las capacidades de Diego Alonso</strong>. El director deportivo no quiere ni oír hablar de una nueva búsqueda de entrenador. Eso lo marcarán los resultados. <strong>Sabe que el uruguayo necesita tiempo. ¿Lo tiene? «La primera página del manual del director de fútbol es ésta: cuando las cosas no van bien, despedir al entrenador</strong>», sentencia Víctor Orta.

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