Tomás González Cueto era uno de esos hombres en la sombra del expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Abogado y con fuertes vínculos políticos -fue el abogado del Estado de confianza de Mariano Rajoy-, tenía una relación mercantil como comisionado externo de la entidad federativa por la que percibía 300.000 euros al año. Hasta hoy. En la mañana de este jueves, empleados de la RFEF estaban atareados en la redacción del burofax firmado por el presidente de la comisión gestora, Pedro Rocha, en el que se le comunicaba que se extinguía dicha relación. La Federación, que blindó su figura tras la salida de Rubiales el pasado septiembre, pese a ser señalado como uno de sus hombres fuertes en la entidad junto a Andreu Camps, ex director general, prescinde ahora sí de sus servicios. Cuando ya no le queda más remedio.