El Barcelona estuvo durante todo el mercado invernal estudiando la posibilidad de incorporar a un jugador para reforzar el centro del campo. Y el futbolista elegido por la Dirección Deportiva y con el beneplácito del entrenador era <strong>Kalvin Phillips, centrocampista que pertenecía el Manchester City,</strong> pero al que Guardiola estaba dando muy pocos minutos. No era una operación fácil porque<strong> no había Fair Play </strong>para el Barcelona y estaba a la espera de que el club pudiera hacer una operación económica para conseguirlo. Una operación que nunca llegó.