Jarreaba sin cesar en Santander, lluvia rabiosa que complicaba las tensas maniobras de los gregarios para poner en la rampa definitiva a sus sprinters, nerviosos también por no darse un batacazo a última hora. Pero Alpecin trabajó de fábula durante toda la jornada y Kaden Groves se lo agradeció como suele, con una punta de velocidad mayor que los demás —sobre todo ahora que no está el retirado y lesionado Van Aert— y con un nuevo triunfo. Fue el tercero en esta Vuelta, como ya hiciera en el curso anterior, de tres en tres y tiro porque me toca. Bittner quiso discutírselo sin éxito, segundo; y Braet, tercero, se metió por sorpresa en el podio para negárselo a Pau Miquel, de nuevo al palo. Todos, en cualquier caso, leyeron la matrícula del más rápido, de un Groves que suma siete etapas en la carrera y que, como este miércoles, cinco han sido con el mar de frente: Cabo de Gata en 2022, Burriana y Tarragona en 2023 y Ourém en esta edición. El sprinter de agua.