
Gonzalo García asegura que sigue siendo “un chaval normal de 21 años”, pero la realidad es que el Mundial de Clubes con el Real Madrid del pasado verano disparó su carrera. Aprovechó la gastroenteritis aguda de Kylian Mbappé para acabar como Bota de Oro del torneo (cuatro goles y una asistencia), renovar hasta 2030, instalarse en la primera plantilla y, al menos de momento, estar por delante del brasileño Endrick, un fichaje de casi 50 millones. Este delantero madrileño, de rostro afable y -según él mismo- “discreto”, se enfrenta este viernes en un amistoso con la sub-21 a Noruega en Guadalajara (21.00, Teledeporte). Ni sus últimos meses han sido muy normales ni su día a día encaja en la rutina habitual de un futbolista de élite.

